El cemento

El mundo de los materiales de construcción tiene un rey indiscutible, cuyo uso se ha convertido en imprescindible desde que se descubrió. Me estoy refiriendo al cemento, sin el cual no se concibe una construcción moderna realizada pensando en vivir.

Ya desde tiempos ancestrales se utilizaban productos para pegar las piedras con las que se realizaban los edificios, como el adobe o la arcilla. El descubrimiento del cemento se remonta hasta la época del imperio griego, cuando se empezaron a usar compuestos volcánicos extraídos de la isla de Santorini. Durante el primer siglo en Roma se comenzaron a usar cementos hidrófugos y que han resistido los envites del agua del mar durante miles de años. El truco consistía en utilizar entre sus compuestos ceniza traída desde las cercanías el monte Vesubio. Un ejemplo de cemento duradero el la cúpula del Panteón de Agripa, construido entre el siglo primero y el segundo.

En la actualidad, el cemento forma parte de un porcentaje muy alto de las construcciones que se planifican en el mundo, aunque hoy se une a otro tipo de compuestos, algunos de ellos naturales y otros sintéticos que le confieren a la mezcla propiedades de durabilidad y resistencia mayores que en su modo normal. También es una parte fundamental del hormigón, que no es otra cosa que un buen cemento reforzado con piedras de distintos calibres para hacer de las construcciones que se hacen con este material un compuesto mucho más duro, con unas características que permiten realizar piezas y paredes sin necesidad de usar otros materiales.