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Mucho más que carreteras

Cuando escuchamos hablar de la ingeniería civil a menudo nos vienen a la mente una de las construcciones más habituales que se encargan de desarrollar los profesionales que han estudiado las técnicas y el desarrollo de infraestructuras. Se trata  de las carreteras, o caminos, por los que nos desplazamos y nos permiten enlazar poblaciones de una manera más accesible.

Sin embargo, las carreteras son tan solo un pequeño ejemplo de las muchas obras que se pueden encontrar gracias a la ingeniería civil. Puentes, edificios de uso público y hasta equipamientos de todo tipo son algunas de las muchas obras que disfrutamos gracias a la aplicación de los conocimientos que se han desarrollado desde que los romanos, e incluso más hacia atrás en el tiempo, comenzaron a aplicar en sus construcciones, las cuales siguen en pie hoy a pesar del paso de los  siglos en un claro ejemplo de lo que se puede lograr cuando las cosas se hacen bien.

Gracias a la ingeniería civil podemos contar con ciudades bien equipadas con todo lo necesario para que los ciudadanos se sientan cómodos, tales como una buena red de iluminación nocturna o un sistema de evacuación de residuos, de cuyo desarrollo son responsables los ingenieros civiles y que hoy en día son imprescindibles tanto para el desarrollo de una ciudad como para preservar la salud de los habitantes de esta.

La labor de un ingeniero civil es mucho más que la de proyectas carreteras y puentes, es la de hacer habitable nuestro lugar de residencia.