¿Cómo se instalan los paneles solares de autoconsumo?

La necesidad de crear un mundo mejor, con menos gases contaminantes y darle un alivio al bolsillo, tras las constantes y abusivas subidas del precio de la electricidad, está impulsando de forma generalizada la instalación de paneles solares de autoconsumo. Después del parón que supuso el absurdo y desproporcionado impuesto al sol, España vuelve a instalarse en los puestos de cabeza en producción de energía solar fotovoltaica.

Las voces de los expertos apuntan a una insostenibilidad en las macrogranjas solares y, en contraposición, la apuesta segura que supone una instalación casera o comunitaria para el autoconsumo. El crecimiento, en este sentido, se está fortaleciendo, aumentando las cifras de placas solares fotovoltaicas para viviendas del 2019, con 459 MW, y del 2020, con los 596 MW que se alcanzaron (con pandemia de por medio).

En este sentido, la energía solar, tal y como explica Otovo, necesita de una instalación fotovoltaica para transformar la potencia lumínica emitida por el astro rey en electricidad. Estas instalaciones tienen la función de captar la radiación gracias a células fotovoltaicas que, al combinar las dos capas de las que se componen, crea un campo eléctrico que evita que los electrones dejen de moverse, generando la corriente eléctrica que será almacenada en una batería.

Estas son las consideraciones para llevar a cabo una instalación de placas fotovoltaicas en casa

Para llevar a cabo el trabajo, cada vez más habitual en las llamadas ciudades inteligentes, de una instalación fotovoltaica, se hace necesario saber, en primer lugar, los dos tipos que existen:

Instalación conectada a la red

En este grupo se encuentran las instalaciones que a pesar de contar con una instalación, se mantienen conectadas a la red eléctrica para no quedarse sin suministro en las horas cuando los paneles no producen energía.

Instalación aislada

Son las que no poseen ningún tipo de conexión con la red eléctrica y, por tanto, los excedentes que se almacena en baterías. Esta energía se puede utilizar en las horas en las cuales no se produce energía eléctrica. No obstante, este tipo de instalaciones no son recomendadas, puesto que si pasan muchos días sin producción fotovoltaica, la vivienda se puede quedar sin suministro.

Instalación con batería conectada a la red

Este tipo de instalaciones suponen que se cuenta con una batería y además se mantiene la vivienda conectada a la red. Es la opción que más ahorro trae, ya que se puede autoconsumir en las horas más caras, cuando los paneles no producen energía.


Elementos necesarios para una instalación

En segundo lugar, hay que conocer cuáles son los materiales a utilizar. Según se haya elegido un tipo de instalación u otro, puede darse alguna variación, aunque, en líneas generales, estos son los elementos requeridos.

Los paneles solares

Son los encargados de captar y transformar la energía solar en energía eléctrica.

El inversor fotovoltaico

Este aparato convertirá la corriente continua que llega de los paneles solares en corriente alterna útil para consumo doméstico.

Las baterías solares

En ellas se almacena la energía para darles uso en días de niebla intensa o por la noche.

El regulador de carga

Un aparato que se utiliza exclusivamente para las baterías en aquellas instalaciones asiladas. Con este regulador, se controla la carga y descarga de la batería.

Los soportes para las placas solares

Sobre ellos se colocarán las placas solares, asegurando la estructura sobre los tejados o donde se requiera. Generalmente están fabricadas en aluminio.

El contador bidireccional

Se utiliza para llevar a cabo el balance neto mensual de la energía que se genera y se consume.

El cable solar

Es el tipo especial de cable utilizado para llevar a cabo las conexiones en estos equipos.

Fases necesarias para la instalación

Por último, merece la pena detallar los pasos que hay que dar para que la instalación sea correcta y no de problemas durante el tiempo de duración estimado.

  1. Buscar y comparar para localizar a un instalador de confianza, pedir varios presupuestos detallados y elegir el más conveniente.
  2. Análisis de la vivienda, evaluación y actuación sobre las necesidades
  3. Diseño definitivo de la instalación, conseguir los permisos y acceder a algún tipo de subvención.
  4. Compra del equipo y de los materiales.
  5. Inicio de los trabajos de instalación.
  6. Comprobación y ajustes.