Importancia del buen drenaje de los Techos

Muchas fallas de techos se han debido a la acumulación excesiva de agua. En casi todos los casos, la sobrecarga que originó la falla no fue prevista en el diseño del techo porque los proyectistas esperaban que el agua de lluvia cayera del techo por sí sola; sin embargo, debido a un drenaje inadecuado, el agua se estancó.

En los techos planos, el estancamiento pluvial genera deflecciones en los elementos estructurales. La combadura resultante en el techo permite la acumulación de más agua, cuyo peso incrementa la combadura, lo que permite que se acumule aún más agua. Este proceso suele culminar con el colapso del techo. También en los puntos bajos de los techos inclinados se puede dar un fenómeno parecido.

A fin de evitar la acumulación de agua, los techos deben tener pendiente hacia los bajantes, cuya capacidad debe responder a los requisitos de los reglamentos locales. La pendiente mínima para el drenaje de techos debe ser del 2%, aunque son aconsejables pendientes mayores.

El sistema primario de drenaje debe ser complementado con uno secundario, a un nivel superior, para evitar que el encharcamiento rebase ese nivel. Las tuberías del sistema secundario (rebosadero) deben ser por lo menos del mismo diámetro que las del sistema primario y estar conectadas a bajantes independientes de los que desaguan el sistema primario. El techo y sus elementos estructurales deben ser capaces de sostener el peso de toda el agua pluvial que se acumule en caso de que se obstruya todo o parte del sistema primario.