La crisis del ladrillo

Con la llegada de la crisis económica se produjo una bajada muy importante de la demanda de materiales de construcción como consecuencia de la falta de fondos para hacer frente a los pagos que se acumularon, dejando muchas de las construcciones que se estaban llevando a cabo a medio terminar.

Y es que del mundo de la construcción, como ocurre también con el de la industria, dependen una gran cantidad de fabricantes y productores de artículos auxiliares, desde los materiales de construcción más habituales, como los ladrillos, el cemento y la pintura, hasta algunos de los más novedosos, como los nuevos materiales con los que se equipan los edificios más modernos y vanguardistas. Estos se usan para montar ventanas y puertas de última generación que optimizan el ahorro de energía y suponen una innovación en decoración y construcción sostenible.

Todo esto ha sufrido una involución como resultado de la necesidad de ahorrar en las edificaciones que continúan adelante. Como es necesario gastar el menor dinero posible, se empezó a recortar en los productos químicos que se usan como aditivos para cementos y pinturas, pero poco a poco se ha ido más allá y ahora se buscan materiales más económicos, como ladrillos de segunda clase o materiales reciclados, que si bien cumplen con el cometido para el que se utilizan dejan bastante que desear a la hora de ver la calidad de las construcciones, pero por ahora es el único modo de conseguir el objetivo deseado, que es ver un edificio terminado.