Ciudades inteligentes

La llegada de las nuevas tecnologías ha creado una sensación de necesidad de que las ciudades se adapten a estas, lo que ha supuesto un desafío para la ingeniería civil con el fin de atender las demandas de una sociedad cada vez más exigente, que quiere que las ciudades en las que habita sean tan avanzadas como lo son en ocasiones sus propias viviendas. Debido a esto se ha acuñado el término ciudad inteligente para identificar las nuevas formas de equipar y construir las zonas en las que habitan los ciudadanos, principalmente de los países más desarrollados.

Una ciudad inteligente tiene que  contar con servicios que permitan optimizar todos los recursos con los que cuentan, con un desarrollo urbano sostenible tanto en materia medioambiental como en otros campos. Para ello se realizan determinadas acciones relacionadas no solo con la arquitectura y la ingeniería civil, sino también en materia de educación hacia el ciudadano y las instituciones implicadas.

El ahorro de energía, los costes en el suministro de agua y combustibles es una prioridad en los equipamientos públicos con los que cuentan estas ciudades. También cuentan con edificios tecnológicamente avanzados orientados a mejorar la calidad de vida de los ciudadanos, incentivando la eficacia y la calidad de estos, pero siempre pensando en el medio ambiente como una de las prioridades.

Algunas de estas nuevas ciudades se planifican desde cero, y se proyectan teniendo en cuenta algunos factores como su orientación o cercanía a zonas ricas en recursos, mientras que las que ya están construidas buscan adaptarse.